Año 2017 de nuestra era.
Tras nefastas acciones políticas de la Izmierda nuestra patria vive inmersa en una guerra civil. Todo lo que antaño fuese digno de amar en nuestra convulsa nación ha quedado reducido a cenizas, dejando paso a un nuevo periodo en nuestra ibérica historia: MAZP MAX

28 de diciembre de 2007

NOTAS DEL CORONEL (I)

Son escasos y simples mis recuerdos de la Compañía Spencer. Las experiencias, nulas, salvo que dentro de ellas se considere el haber comprado alguna vez sus aspirinas. Sí retengo en la memoria, no obstante, el logotipo de la empresa, un aspa roja sobre fondo circular verde, y su omnipresencia publicitaria, con decenas de anuncios y promociones.

En cuanto a las famosas leyendas sobre la empresa, solían ser muy malintencionadas o meros bulos, pero, a veces, no carecían de fundamento. A principios de 2008, unos campesinos airearon a la prensa un desagradable hallazgo. A golpe de pala, habían encontrado una especie de fosa común... En contra de lo que ellos creyeron, no acumulaba muertos de la Guerra Civil (que era lo que buscaban, al haber financiado el Gobierno este tipo de grotescos cazadores de tesoros), sino muertos muy recientes. Los veinte cadáveres--varones y de igual complexión--estaban todos descabezados y tenían borradas las huellas dactilares. Muchos imaginaron entonces que se trataba de clones creados y despreciados, dado que tenían algún defecto, por la Compañía Spencer, que poseía una de sus manufacturas a unos cuatro kilómetros de la fosa.

Por supuesto, el rumor se desinfló pronto. No tenía sentido que una empresa todopoderosa hubiese enterrado así a sus experimentos fracasados, pudiendo quemarlos o hacerlos desaparecer por otros medios. Pero la sospecha de que eran clones se mantuvo durante cierto tiempo, y más cuando era el tema candente en aquellos días. Las investigaciones policiales en torno a los veinte cuerpos se interrumpieron para siempre en el momento del cataclismo.

Los documentos en nuestro poder relacionados con las actividades de la Compañía Spencer y su producción de clones no arrojan luz sobre este horrendo y misterioso caso. Sin embargo, visto lo visto en la actualidad, es muy posible que, en efecto, fueran clones arrojados a la basura, por así decir.

También tuvieron en su día alguna repercusión dos libros del doctor T. Leyland, personaje citado en el informe. Ensayos sobre el derecho a la vida y No temamos a la clonación eran dos recopilaciones de artículos del doctor en periódicos y revistas, atendiendo a propósitos divulgadores y científicos. Que el segundo de los libros (publicado a finales de 2007) estuviese prologado por un alto cargo del Partido Socialista fue un indicio más del matrimonio de conveniencia que se había celebrado entre los socialistas en el Gobierno y la Compañía Spencer, al modo de lo sucedido con el mítico Grupo PRISA.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Joder que día. ¿No habrán clonado a Pepiño?. Que cruz señor...

William Manney dijo...

En serio, Espantapájaros tu sección me tiene en ascuas. Estoy empapado de intriga hasta el tuétano de mis huesos.

Esta sección, aunque imberbe todavía, he de decir que nos traerá grandes satisfacciones literarias en un futuro inmediato. Al menos es indiscutible que apunta maneras.

Un fuerte abrazo, coronel.